La vida de Rocío Carrasco ha estado marcada por varios acontecimientos. El ser hija de la más grande y de Pedro Carrasco ha sido algo que encaminó su trayectoria personal y profesional. Aunque no es muy dada a la prensa rosa, sabe que siempre ocupará las portadas de las grandes revistas.
Rocío Carrasco siempre se definió como un tanto rebelde. Se casó muy joven, a pesar de que su madre se oponía en un primer momento. Tuvo dos hijos y posteriormente, numerosos problemas con el padre los mismos. Aunque parece que esto es agua pasada. Hoy se encuentra feliz, nuevamente enamorada y casada con el amor de su vida. ¡Vamos a descubrirte un poco más!.
Las bodas de Rocío Carrasco y sus notables diferencias
Rocío Carrasco se casó por primera vez en el año 1996. La joven tenía tan solo 18 años y aunque Rocío Jurado no le gustó mucho la idea, la boda se celebró por todo lo alto. Antonio David Flores fue el afortunado. Un joven guardia civil dos años más mayor que ella. La ceremonia se realizó en Yerbabuena, finca de la familia y contó con unos 800 invitados.
Para esta primera boda, Rocío eligió un vestido con numerosos bordados y un velo de tul. Aunque fue muy llamativo, no tanto como su peinado y hasta su maquillaje. La joven se decantó por un postizo para completar su peinado de novia, así como por unas lentillas que descubrían un color mucho más claro en sus ojos.
Para esta segunda boda, todo ha cambiado. El traje de la novia sí contaba con unos encajes, pero de manera mucho más sutil. Optó por las nuevas tendencias, dejando claro que los escotes de tul y fantasía son de su agrado. Del mismo modo, el recogido también forma parte de la naturalidad y del romanticismo.
Además, siempre hay otros detalles que marcan la diferencia entre las dos bodas. En esta última, con Fidel Albiac, los invitados fueron algunos menos. Un total de 230, entre amigos y familiares. Aunque estos últimos parece que no hicieron acto de presencia. Grandes ausencias que se hicieron notar en cada momento de la celebración. Ni sus hijos, ni su tío Amador estuvieron presentes. Tan solo su prima Chayo Mohedano.
Rocío Carrasco y David Flores, sus grandes problemas
Tanto Rocío Carrasco como David Flores se casaron de lo más enamorados. Quizás la juventud, añadida a los rumores de infidelidad, hicieron que esta pareja se separan tan solo un año después de tener al segundo de sus hijos, David. Es decir, poco más de tres años duró su matrimonio. Hay que decir que en un primer momento, cuando surge la primera crisis, es Rocío Jurado quien habla con David y la pareja vuelve a reconciliarse.
Algo que no sería muy duradero ya que tan solo unos meses después, ambos deciden separarse y esta vez, para siempre. Poco tiempo después, Rocío se ve acompañada de un joven, Fidel, y la prensa desvela que pudo ser él el causante de la ruptura de su matrimonio. Algo que quedó confirmado que éste no había sido el motivo. A partir de aquí, Antonio David se pasea por los platós de televisión para dedicarle ciertas acusaciones a Rocío. Además, pide la custodia de los niños, así como una compensación económica. Los conflictos todavía continúan hasta el día de hoy.
Hijos de Rocío Carrasco, Rocío y David
Del matrimonio anterior, Rocío tuvo dos hijos. La mayor lleva por nombre Rocío, para seguir con la tradición familiar. La joven ya tiene 20 años y es una asidua de las redes sociales. Según parece, hace unos años, madre e hija tuvieron un grave altercado. Cuando tenía 16 años, las discusiones eran parte del día a día entre las dos. Claro que una de las últimas que tuvieron, se les fue de las manos. De hecho, tuvo que intervenir la guardia civil.
La joven se fue a vivir con su padre y cortó toda relación con su madre. Ambas tuvieron que ir a declarar, para contar la versión de los hechos. Se dice que han estado todo este tiempo sin hablarse y que no hay llamadas ni mensajes. Cuando Rocío Flores celebró su 18 cumpleaños su madre no estuvo presente y ahora que ésta se ha casado, la joven tampoco se dejó ver por el enlace.
Enfermedad del hijo de Rocío Carrasco
Poco se habla del pequeño David Flores. Es tan solo dos años más joven que su hermana Rocío. En este caso, hay quien dice que cuenta con el llamado síndrome de Angelman. Éste es una enfermedad genética que se traduce en ciertos problemas para el desarrollo y la capacidad lingüística. Claro que otras fuentes, comentan que se trata del síndrome Williams, aunque se semeja al anterior debido a que su problema principal es el desarrollo mental.
El legado de la madre de Rocío Carrasco
Sin duda alguna, la madre de Rocío, Rocío Jurado, era su máximo referente. Además, de estar a su lado cada día, siempre le aporta unos grandes consejos. Tras la muerte de la más grande, Rocío se refugió en su casa, al lado de sus hijos y su novio, por aquel entonces. Estuvo varios meses que no vio la luz del sol y es que se sentía muy vacía. Claro que, al poco tiempo aseguró que tenía que seguir viviendo, por su familia. Rocío se convirtió en la beneficiaria de la herencia de su madre.
El nuevo look de Rocío Carrasco
Después de una mala época, Rocío volvía a la televisión pero para trabajar. La veíamos más jovial y siempre llamativa en sus cambios de look. Éstos han sido uno de los grandes referentes en la vida de la joven. Seguro que si hacemos un poco de memoria la recordamos con el cabello muy corto, a mechas, con el pelo largo y rizado o bien, de largo medio y en tono castaño.
Hoy en día luce una imagen mucho más natural y jovial, todo hay que decirlo. Se ha sumado a la fiebre del peinado Bob y lo luce como nadie. Una media melena es la que cae sobre sus hombros y además, en tonos muy claros. Las mechas han iluminado su pelo y su vida. Al mismo tiempo, luce una figura envidiable y le encantan las grandes tendencias de moda. Sin duda, ya sea por un motivo o por otro, Rocío forma parte de nuestra vida.
Imágenes: Instagram, ¡Hola!
El artículo Rocío Carrasco, una vida marcada por dos bodas ha sido originalmente publicado en Mas Corazon.